12 lugares mágicos del Pirineo aragonés
Publicada:
5 nov 2020
Compartir
Contenido
1 Alquézar
2 Bal de Chistau
3 Benasque
4 Canfranc
5 Jaca
6 Lanuza
7 Panticosa
8 Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
9 Parque Natural de los Valles Orientales
10 Revilla
11 Valle de Bujaruelo
Qué tal llevas el otoño? Sí, es posible que ya eches de menos la playa y las altas temperaturas, pero te aseguramos que esta estación es mucho más que días más cortos y fríos (especialmente cuando aún no podemos deslizarnos sobre los esquís o la tabla de snow). Por ejemplo, si te gusta la naturaleza tanto como a nosotros, no encontrarás un momento mejor para disfrutar de ella sin prisas, mientras contemplas una paleta de colores que te dejará sin palabras. Además, al ser temporada baja, cualquier escapada de fin de semana te resultará mucho más económica. ¿Necesitas ideas para lanzarte a la aventura en los próximos meses? Pues aquí tienes una con la que acertarás sí o sí: el Pirineo aragonés
Allí, en el norte de la provincia de Huesca, te esperan 188 cimas a más de 3.000 m de altitud, paisajes de ensueño, hoteles y casas rurales con todas las comodidades y una exquisita gastronomía de montaña que te hará redescubrir el placer de la buena mesa. Y para que tu bolsillo no se resienta, nuestras ofertas de hoteles en Aragón ponen a tu alcance las mejores ofertas de vacaciones para las próximas semanas, a precios insuperables. De este modo, la espera hasta que arranque la temporada de invierno se te hará menos cuesta arriba.
¿Todavía no lo tienes claro? Eso tiene solución: aquí tienes los mejores lugares del Pirineo aragonés a los que querrás volver. Te presentamos en este artículo nuestras 12 sugerencias en orden alfabético, para que te resulte más fácil consultar la lista. ¿Con cuál te quedas?
Aínsa
Abrimos nuestro top-12 con un destino que merecería estar entre los pueblos más bonitos de España: Aínsa. Punto neurálgico de la comarca de Sobrarbe y rodeado de un espectacular paisaje montañoso, Aínsa destaca por su magnífica arquitectura medieval Sobre todo, te recomendamos prestar atención a la iglesia parroquial de Santa María, del siglo XII y de estilo románico, y al castillo, del siglo XI. A la hora de comer, elige algunos de los restaurantes de la plaza del Mercado, fácilmente reconocible por sus soportales. Haz la prueba: ¡te sentirás como si viajaras en el tiempo!
Alquézar
En las inmediaciones del Pirineo aragonés, en la comarca de Somontano de Barbastro, no puedes perderte Alquézar, otro pueblo oscense para enmarcar. Sus calles te transportarán a la Edad Media, gracias a edificios como la colegiata de Santa María la Mayor, consagrada en 1099, o la parroquia de San Miguel Arcángel. Por otro lado, esta localidad es la puerta de entrada al Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, uno de los refugios de flora y fauna más importantes de Europa —de hecho, es el hogar de numerosos tipos de aves—, así como un paraje ideal para practicar deportes al aire libre, como barranquismo, escalada, espeleología, hípica, senderismo —con la Ruta de las Pasarelas como buque insignia— o ciclismo de montaña . Visita también el vecino Parque Cultural del Río Vero, en el que podrás ver pinturas prehistóricas.
Bal de Chistau
También conocido como valle de Gistaín o valle de Chistau, este enclave invita a pasear entre hermosos ibones (lagos de montaña) y praderas en las que pasta el ganado Allí aguardan pueblos de montaña tan bucólicos como Plan —sí, el pueblo que en 1985 organizó una caravana de mujeres para emparejar a los 13 hombres solteros del pueblo, en una época en la que Tinder aún era ciencia ficción—, San Juan de Plan, Gistaín o Tella-Sin, este último al otro lado del río Cinca. Piérdete entre sus casas de piedra y sus calles empinadas, y no dudes en charlar con alguno de los 700 habitantes de la zona, quienes te harán partícipe de los secretos mejor guardados de este rincón del Pirineo aragonés (incluso, podrás escuchar la lengua propia de los lugareños: el aragonés). Un último apunte: este valle también brinda agradables rutas de senderismo que debes recorrer, como la que conduce hacia el refugio de Viadós.
Benasque
Si quieres coronar el techo del Pirineo aragonés —el Aneto, con 3.404 m sobre el nivel del mar —, pon rumbo al valle de Benasque, en la comarca de la Ribagorza y próximo a Cataluña. Allí se halla el refugio de alta montaña de La Renclusa, desde el que podrás alcanzar la cima más elevada del norte de España. Ahora bien: no el único tres mil del municipio, ya que allí también se alzan el pico de Posets (3.375 m) y el pico Perdiguero (3.222 m). Pero si no te apetece eso de sudar y quemar suela, puedes quedarte en el núcleo urbano de Benasque, que reúne edificios como la iglesia románica de Santa María la Mayor, el palacio de los Condes de Ribagorza, de factura renacentista; el torreón de la Casa Juste, la Casa Faure o un puente medieval. ¿Qué nos dices, palillero/a?
Canfranc
El valle de Canfranc, en la comarca de la Jacetania, no solo es famoso por la estación de esquí de Astún y Candanchú sino también por la Estación Internacional de Canfranc cuya construcción dio comienzo en 1915.
Inaugurada en 1928, esta estación de tren fue escenario de episodios llenos de misterio, como el del oro alemán en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Hoy, este lugar puede visitarse, si bien se están llevando a cabo obras para convertirlo en un hotel de 5 estrellas. Por cierto: ¿sabías que por aquí pasa una de las rutas del Camino de Santiago? Si quieres acercarte por la zona, echa un vistazo a nuestras ofertas de apartamentos Canfranc 3000, disponibles para viajar hasta finales de noviembre, o bien, para esquiar en invierno a un precio imbatible. Es una muy buena alternativa a los hoteles en el Pirineo aragonés, así que… ¡que no se te escape!
Jaca
No nos marchamos aún de la Jacetania, ya que queda detenernos en su capital: Jaca, un centro de servicios próximo a la frontera con Francia. Esta localidad cuenta con una impresionante ciudadela de finales del siglo XVI, el castillo de San Pedro e imponentes murallas y torres medievales rodeando una catedral románica del siglo XI Dedica también un tiempo a conocer el Museo Diocesano de Jaca, en el que se exhiben frescos románicos y góticos. Y a tan solo 12 km, podrás hacer una excursión al monasterio de San Juan de la Peña. ¡Alójate en nuestros hoteles de Jaca y date este pequeño capricho!
Lanuza
¿Te apetece explorar otro de los pueblos más bonitos de Aragón? Vayámonos entonces a Lanuza, un caserío del municipio de Sallent de Gállego, en el valle del Tena y a orillas de un embalse. Una vez en este atractivo pueblo de montaña, acércate a la iglesia del Salvador, erigida en el siglo XIX sobre un templo románico destruido durante la guerra de la Independencia, y del que todavía se conserva un crismón. ¿A qué esperas para que este sea tu lugar de vacaciones en el puente de octubre?
Panticosa
Aunque Panticosa es conocida sobre todo por su estación de esquí de Formigal-Panticosa, esta localidad de algo menos de 800 habitantes y perteneciente a la comarca del Alto Gállego no podía faltar en nuestros sitios preferidos en el Pirineo aragonés. Además de ser un pueblo de lo más pintoresco —echa un vistazo a la iglesia de la Asunción, originaria del siglo XIII y reconstruida en el siglo XVI, de estilo gótico tardío, o el puente de Caldarés (1556)—, pone en tus manos la oportunidad de aparcar el estrés en el cercano balneario de Panticosa o Panticosa Resort. Desde Esquiades, queremos darte la posibilidad de relajarte en este entorno mágico, rodeado por los paisajes y las cumbres del valle del Tena. Por eso, en nuestras ofertas de viaje a Aragón no suelen faltar las Termas de Tiberio. Estas se hallan un vanguardista edificio diseñado por Belén Moneo y Jeff Brock y ponen a tu alcance circuitos termales de los que saldrás como nuevo/a ¡Consulta nuestras ofertas de hoteles con spa y haz tu reserva!
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Situado al sur del macizo del Monte Perdido, este espacio protegido de 15.600 hectáreas es otro de esos lugares imprescindibles que hay que ver en el Pirineo aragonés. Esta maravilla se despliega en la comarca de Sobrabe y en los términos municipales de Broto, Bielsa, Fanlo, Puértolas, Tella-Sin y Torla-Ordesa. Sus nieves perpetuas, sus preciosas cascadas y su espléndida vegetación de abetos, pinos, hayas, álamos y alerces, así como valles tan bellos con el de Pineta, convierten este enclave en un rincón de lo más especial para unas vacaciones improvisadas. Su principal reclamo es el cañón de Añisclo, sobrecogedoras paredes de roca que se extienden a lo largo de 10 km desde el circo de Añisclo a los pies del Monte Perdido, hasta la confluencia con el valle del río Aso. Y un dato más para que acabes de decidirte: en 1997, el Monte Perdido fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Parque Natural de los Valles Orientales
En el extremo occidental del Pirineo aragonés, en la Jacetania y entre las cabeceras de los ríos Veral, Aragón Subordán, Osia, Estarrún y Lubierre, nos topamos con otra pequeña joya pirenaica: el Parque Natural de los Valles Orientales. Su orografía es producto de la acción de los glaciares, que han excavado circos y valles en forma de U, así como ibones. Sus frondosos abetales y hayedos harán que te sientas como en un cuento de hadas, como la inenarrable Selva de Oza. Asimismo, la zona también posee algunos ejemplos interesantes de arquitectura popular, con tradicionales casas de piedra y tejados de pizarra. ¡Es otro mundo!
Revilla
Con la nueva normalidad, una de las mayores preocupaciones de muchos viajeros es dar con lugares poco concurridos y en los que respirar aire puro. Pues bien, ¿qué te parece un pueblo de tan solo ocho habitantes? ¡Cómo lo lees! Esta fotogénica aldea de pesebre, ubicada a 1.100 m de altitud, en la comarca de Sobrarbe y a 29 km de Aínsa, te ayudará a decir adiós a la rutina. Y eso no es todo, ya que la ruta hasta allí también encierra una sorpresa. Antes de alcanzar el pueblo, toma un sendero que discurre por lo alto de la garganta de Escuaín, donde hay algunos miradores con vistas panorámicas de auténtico lujo. Con un poco de suerte, hasta podrás ser testigo del vuelo de los majestuosos quebrantahuesos, un tipo de buitre en peligro de extinción
Valle de Bujaruelo
Por nuestra parte, concluimos esta ruta por el Pirineo aragonés recalando en el valle de Bujaruelo, junto al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Es allí donde nace el río Ara, que cincela un angosto y espectacular valle con impactantes cañones, como la garganta de los Navarros. Tampoco hay que pasar por alto su puente románico (estamos seguros de que compartirás su foto en Instagram). Este valle también es un must para los amantes de los animales, ya que en sus exuberantes bosques de robles, pinos negros y hayas se pueden avistar urogallos, perdices, quebrantahuesos, nutrias y hasta osos pardos. ¿Qué más se puede pedir a una escapada de turismo rural?
Si este destino ya te atraía, ¡seguro que ahora todavía más! No dejes escapar nuestras ofertas de esquí para el Pirineo Aragonés y reserva ya tu viaje a la nieve.